Falleció en el ISSSTE Zaragoza y su familia fue notificada hasta dos días después

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Las hijas de don Rosendo relataron la experiencia que vivieron, luego de que ingresaron a su padre de 58 años de edad con problemas respiratorios el 29 de abril en el Hospital Ignacio Zaragoza del ISSSTE.

El sábado 3 de mayo, cuatro días después de su ingreso, no recibieron ningún informes sobre su estado de salud, hasta horas más tarde cuando recibieron una llamada telefónica avisándoles que su padre había fallecido desde el jueves 30 de abril, al día siguiente de ser internado.

Con esta evidencia y la experiencia del Hospital de Las Américas de Ecatepec, el personal médico enfrenta un gran reto de mantener informadas constantemente a los familiares de los pacientes con Covid-19, en medio del caos y con el personal cada vez más rebasado.

Algunos hospitales se han ayudado con tecnología entregando tablets y teléfonos para permitir a los pacientes el contacto directo con sus familiares. Pero la realidad es que con decenas de muertes y cientos de infecciones acumulándose en los momentos más críticos de la pandemia, el personal administrativo tiene una lista larga de personas a las que actualizar, un desafío logístico enorme.

La familia de don Rosendo no tuvo oportunidad de buscar soluciones. Al hospitalizaros, sus hijas sabían que su salud no era la mejor, fue ingresado con síntomas relacionados con Covid-19, pero con un diagnóstico de pulmonía, tenía dificultades para respirar y los labios amoratados, señal de baja oxigenación.

A pesar de que recibieron indicaciones de que toda información con referencia a los pacientes con problemas respiratorios serían vía telefónica, pasaron día y noche en las inmediaciones del Hospital esperando algún informe sobre el estado de salud de su padre.

Fue la suegra de una de las hijas, la que atendió la llamada la que informaban que don Rosendo había fallecido, les pidieron presentarse en trabajo social para realizar los trámites correspondientes y ahí les informaron que su padre tenía dos días de haber muerto.

El único argumento que se les dio, es que el hospital estaba sobrepasado.

A pesar de la situación, las hermanas Cruz no prevén interponer algún recurso legal en contra del Hospital Regional Ignacio Zaragoza.

“Lo único que quiero es que me entreguen a mi papá, yo quiero el cuerpo de mi papá… están apenas sacando el acta de defunción”, dijo Miriam.

El cuerpo les fue entregado horas después de la defunción, más rápido que la información del estado de salud que pedían y esperaban días antes, mientras hacían guardia en el hospital.

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