Por haber golpeado con enojo el brazo de una mujer cuando ella lo tomó de la mano y tiró de él hacia ella, el papa Francisco se disculpó, diciendo que había perdido la paciencia y dio un “mal ejemplo al pueblo y los feligreses”.
Después de usar su primera homilía del Año Nuevo para denunciar la violencia contra las mujeres, que comparó con profanar a Dios, fue que se produjo su repentina disculpa.
El martes por la noche en una caminata en la Plaza de San Pedro, se produjo ese incidente en que el Papa cometió la falta.
De acuerdo a los datos de los medios locales, la peregrina, que no ha sido identificada, inesperadamente agarró la mano del Papa, de 83 años, tirando de él hacia ella.
El Papa Francisco, claramente disgustado, y para sorpresa de todos los presentes, se liberó dándole un manotazo en el brazo.
Un poco desencajado, el Papa a miles de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro el miércoles al final de la tradicional misa de Año Nuevo, les dijo: “Muchas veces perdemos la paciencia, incluso yo, y me disculpo por el mal ejemplo de ayer”.
Sus declaraciones fueron muy claras y sinceras, y el Pontífice emitió una condena directa al abuso de la mujer en la sociedad moderna durante el servicio.
