Pese a encontrarse en semáforo rojo y las normas más de 500 restaurantes aperturaron sus instalaciones el lunes pasado.
Muchos de estos habían amagado al gobierno de la ciudad que si no recibían un apoyo considerable abrirían sus puertas ya que muchos se encuentran “con el agua hasta el cuello” y el poco ingreso que tienen apenas alcanza para pagar las deudas que se han ido extendiendo desde que inició la pandemia y el servicio a domicilio tampoco es lo suficiente para cubrir esos gastos.
En los negocios se podía observar que mantenían algunas de las mesas para respetar la sana distancia así como al ingreso se deba gel antibacterial y se realizaba la toma de temperatura.
Alfonso Suárez del Real, secretario de gobierno capitalino habló del sentir de los restauranteros ya que entiende la presión por la que están pasando pero las restricciones no se hacen para afectarlos sino para evitar que continúe el aumento en en contagios.
Se espera que en los siguientes días el gobierno llegue a un acuerdo con los restauranteros.
