La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) afirmó que prosiguen los esfuerzos por controlar la plaga de la langosta del desierto en diez países africanos, siendo los más afectados Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán del Sur y Tanzania.
Esta plaga, la peor en 25 años, ha puesto en jaque las cosechas de mayo y junio, especialmente porque durante los meses de marzo y abril, temporada de lluvia, es tiempo de reproducción de esta plaga.
Hace seis meses llegaron procedentes de la Península Arábiga y se han extendido por varios países, y, de no controlarla, podría ocasionar un despliegue a otros países como la República Irán y el Yemen. Un kilómetro cuadrado contiene hasta 80 millones de langostas del desierto y comen cada día la misma cantidad de alimento al día que 35 mil personas.
La ONU, ya ha advertido en el mes de febrero sobre esta plaga, considerada como la plaga migratoria más destructiva, que pone en peligro la alimentación de 13 millones de personas en Eritrea, Etiopía, Kenya, Somalia, Sudán del Sur, Tanzania y Uganda, países donde ya hay escasez; solamente en Sudan del sur más de la mitad de su población se enfrentará a una grave inseguridad alimentaria, y Somalia ya declaró emergencia nacional debido a su presencia.
El mayor problema es el suministro de plaguicidas químicos o bioplaguicidas y pulverizadores motorizados, debido a la pandemia del Covid-19, y la recopilación de datos, por lo que se está utilizando el eLocust3, un dispositivo que transmite en tiempo real a los Centros Nacionales de Lucha contra la Langosta y a la FAO. A la fecha se han tratado más de 240 mil hectáreas con plagicidas.
