El Barcelona se llevó tres puntos exigentes de El Sadar. Un gol de Jordi Alba en el primer tiempo y otro de Ilaix Moriba cerca del final le dieron la victoria a los culés sólo tres días después de la gran remontada ante el Sevilla en las semifinales de Copa.
Con este triunfo, el conjunto de Ronald Koeman encadena ocho victorias consecutivas a domicilio y mantiene su candidatura al título y estará muy pendiente de lo que ocurra en el derbi madrileño de este domingo.
El duelo en Pamplona arrancó con un primer aviso de Osasuna. Ter Stegen tuvo que sacar una mano prodigiosa a un disparo de Kike Barja desde la frontal. Más allá de esta llegada, quien mandaba era el Barça, que rondaba con peligro el área local.
De hecho, fue cuestión de centímetros que Osasuna no se quedara con diez hombres tras una mano del portero Sergio Herrera fuera del área. La roja quedó invalidada por fuera de juego previo de Lionel Messi.
El astro argentino, sin embargo, fue decisivo minutos más tarde con una genial asistencia hacia Jordi Alba, que fusiló la portería local con un violento remate a gol. La eterna conexión que no tiene fin suponía el 0-1.
Antes del descanso, Ter Stegen volvió a intervenir en un remate de Rubén García desde prácticamente dentro del área pequeña. El alemán, como siempre, ha sido decisivo bajo palos.
La segunda mitad arrancó con un cambio: Dembélé por Umtiti. Cambió la disposición de los azulgrana, pero el equipo de Koeman continuó siendo el dueño del balón.
Martin Braithwaite y Ilaix Moriba dieron oxígeno al equipo a 20 minutos del final, sustituyendo a Griezmann y Sergio Busquets. Fue precisamente el joven futbolista del Barça B, Ilaix Moriba, quien firmó el 0-2 definitivo en Pamplona. No fue un gol cualquiera, sino uno de nota: desde la frontal teledirigió un disparo imposible con su pierna izquierda.
