Noah Wall es un niño que nació en Inglaterra en marzo del 2012 con tan solo el 2 por ciento de su cerebro desarrollado y diagnosticado con espina bífida, que lo paralizaría del pecho hacia abajo.
Cuando se percataron de que al feto le faltaba gran parte del cerebro, cinco diferentes doctores recomendaron a los padres que se realizara un aborto, debido a las grandes complicaciones que tendría el bebé al nacer, pero ellos se negaron.
Los padres de Noah decidieron seguir adelante con el embarazo, pero también comenzaron a hacer preparativos para el funeral.
En el nacimiento participaron 12 médicos, fue por cesárea y Noah fue trasladado de inmediato al quirófano para una doble operación, una para unir su espalda y otra para drenar el líquido que se acumulaba y presionaba su cerebro.
La infancia de Noah ha estado llena de hospitales, operaciones, tratamientos y terapias que han logrado recuperar gran parte de su masa cerebral.
El caso no ha sido estudiado a fondo, pero la madre asegura que los problemas de salud de su hijo pueden estar relacionado a la falta de ácido fólico, ya que “no sabía lo importante que era”.
La masa cerebral de Noah ha logrado crecer hasta un 80 por ciento del tamaño normal.
Aunque el mayor avance en el cerebro de Noah ocurrió durante sus tres primeros años, a sus siete años se sigue recuperando y es un niño muy alegre.
Durante una entervista él mismo dijo que guarda la esperanza de poder caminar pronto para poder practicar deportes como el surf.
