La iniciativa de reforma judicial, que el Ejecutivo Federal envió al Senado de la República el pasado 12 de febrero, “es una reforma que no pone en riesgo la autonomía e independencia del Poder Judicial como algunos pensaban, sino las fortalece”, subrayó el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
Ante líderes parlamentarios de la Cámara de Diputados, el ministro expuso los principales ejes de la propuesta y comentó que la iniciativa no plantea una reforma estructural, pero sí una ambiciosa y de fondo que pretende generar un nuevo paradigma del funcionamiento del Poder Judicial federal, en cuando a modernidad, independencia y mayor preparación.
Zaldívar Lelo de Larrea apuntó que cuando llegó a la presidencia de la SCJN encontró, y reconoció que había problemas de corrupción, nepotismo, uso inadecuado de recursos públicos, acoso sexual, falta de oportunidades para las mujeres, de funcionamiento de la defensoría pública y de perfiles de jueces, juezas y magistradas.
A partir de ello se puso en marcha una autorreforma profunda para combatir estos problemas “y hemos empezado a dar resultados que pueden ser medibles”.
Señaló que los cinco principales ejes son:
1) Fortalecer a la SCJN como tribunal constitucional que vea exclusivamente asuntos relacionado con la Carta Magna y cambiar el sistema de jurisprudencia por uno de precedentes o reiteración.
2) Robustecer las facultades del Consejo de la Judicatura Federal para combatir la corrupción, el nepotismo y el acoso sexual.
3) Fortalecer la carrera judicial con la creación de una escuela de formación judicial que también evaluaría a los jueces de todo el país.
4) Mejorar la defensoría de oficio, para que las personas más vulnerables puedan contar con un abogado calificado
5) Impulsar la paridad de género para que las mujeres puedan “romper techos de cristal” y acceder a más y mejores cargos dentro del Poder Judicial.
