Frente a la declaratoria que hizo la Organización Mundial de la Salud (OMS), del coronavirus COVID-19 como pandemia mundial, investigadores de la Universidad Nacional Autonoma de Mexico (UNAM), recomiendan armar un plan familiar de acción para enfrentar los posibles contagios entre los integrantes de tu familia como hermanos, primos, tíos, abuelitos.
En entrevista para CDMX.com, el especialista Mauricio Rodríguez Álvarez, profesor en el Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAM, aconseja como primer punto que toda la familia esté informada sobre el avance de la enfermedad a través de los datos que dan las instituciones oficiales.
Como segundo punto sugiere que se identifique a los más vulnerables de la familia, como los abuelos que están en un rango de edad de 60 a 80 años en promedio, ya que son los que están en mayor riesgo de contagio y de presentar una sintomatología de gravedad debido a su edad o condición física.
“A veces hablamos del riesgo general de la epidemia y parece que todos entramos ahí en la misma bolsa, pero no hay que perder de vista que hay un riesgo mayor básicamente para los mayores de edad, para los mayores de 60-65 años, 70-80-90, que en la mayoría, tendremos algunos cerca en nuestras casas o en nuestras viviendas tenemos alguna persona que cumpla con esa característica y además los que están enfermos del corazón o los que tienen enfermedades respiratorias”.
Dice el especialista que es de suma importancia vigilar a los familiares que padecen de alguna enfermedad cardíaca o respiratoria y supervisar su control ante algún síntoma eventual como tos, estornudos y fiebre.
Ya que estos tres síntomas se cruzan con la sintomatología de lo que podrían de parecer un cuadro común de gripe o resfriado, pero muy probablemente podrían ser síntomas del COVID-19, dado el contexto de la propagación de la pandemia en México.
Aseveró que a nivel familiar es fundamental un cambio de actitud para enfrentar la pandemia y ser proactivo, es decir, valorar la posibilidad de interrumpir viajes al extranjero, evitar ir a lugares de grandes concurrencias, cargar con una botella de gel antibacterial.
“Todavía tenemos unos días de tregua (…) de manera más fuerte hay que tener el cambio de hábito de lavarnos las manos al llegar a casa, traer una botellita de gel, rellenarla. Me parece que sin lugar a dudas tener un plan de acción a nivel familiar, a nivel individual y saber qué vamos a hacer con la familia, con los miembros de la familia, quien tiene alguna enfermedad que haya que cuidarla más, esa es básicamente una parte de la preparación”.
