El Senado de la República avaló reformas a la Ley General de Salud, con el fin de modernizar los entierros y ayudar al ambiente con medidas sanitarias e higiene, que permitirán la desintegración de cadáveres mediante nuevos procesos químicos y biológicos, y la reutilización de ataúdes.
Cabe señalar que los legisladores expusieron que en México se registran alrededor de 700 mil fallecimientos al año, de los cuales 20 por ciento concluyen en cremaciones.
De acuerdo a sus versiones, más de 100 mil féretros son reusados al año en el territorio nacional, consideraron la necesidad de regular su uso y reúso.
De igual modo, refirieron que con el Consejo Mexicano de Empresas de Servicios Funerarios (Comesef), de un universo de más de cuatro mil funerarias del país, 60 por ciento operan en la informalidad y, de éstas, una tercera parte son irregulares.
Según los puntos básicos del dictamen, se destaca que la desintegración de cadáveres o restos humanos es una alternativa que beneficia al medio ambiente y también una solución a la falta de espacios destinados para la inhumación.
Lo esencial en la minuta es acertado y es para fortalecer la normatividad, pues reconoce la aplicación de cualquier otro proceso químico o biológico para la conservación o disposición final de los cuerpos.
Las autoridades entre otras cosas refirieron que la institución sanitaria podría establecer medidas para la utilización de recipientes o contenedores biodegradables, por ejemplo, si la causa de muerte fuera por una enfermedad contagiosa.
Cabe destacar que según los puntos de la reforma se establece que la autoridad sanitaria tenga atribuciones para regular, promover, autorizar, verificar y decidir en qué casos se utilizarán recipientes o contendedores de material biodegradable, a fin de garantizar condiciones ecológicas y sanitarias en los ataúdes.
