En plena contingencia sanitaria por coronavirus se realizó a puerta cerrada la celebración de Domingo de Ramos, oficiada por el Cardenal Carlos Aguiar Arretes en la Basílica de Guadalupe.
“Qué fuerte contraste presenta hoy la liturgia del Domingo de Ramos, iniciamos con la escena de júbilo generalizada por la entrada de Jesús a Jerusalén unos días antes de la fiesta de Pascua”, mencionó el líder religioso.
Durante la liturgia, Aguiar Arretes explicó que se debe aprender y aceptar el camino de contrastes, admitiendo la voluntad de Dios.
También señaló que esta Semana Santa se experimenta la kénosis que significa sentir “el sufrimiento no merecido”.
“Vivir la experiencia humana del sufrimiento no merecido sea de la injusticia, sufrida por celos y envidia, por la incomprensión, por la traición, por la manipulación político-religioso”, detalló el Cardenal.
Durante el acto religioso señaló que la lección de estos pasajes bíblicos se debe aplicar en la vida cotidiana.
“Especialmente ante los problemas, las dificultades de relación humana, las injusticias sufridas, las calumnias, las incomprensiones o por la consecuencia de nuestros mis errores o ante las epidemias como la que estamos padeciendo”, puntualizó.
