Durante la celebración en honor a la Virgen de Guadalupe en la Basílica de San Pedro, el papa León XIV centró su mensaje en la protección de la juventud frente a tres riesgos que consideró urgentes: el crimen, las adicciones y la pérdida de sentido de vida. En su homilía, pronunciada en español, pidió que la intercesión mariana fortalezca a los jóvenes para elegir el bien y mantener su fe en un entorno que, dijo, suele empujarlos en otra dirección.
La ceremonia incorporó lecturas y cánticos en español, inglés y portugués, marcando el primer año en que el pontífice preside esta celebración guadalupana. En su mensaje, extendió la petición hacia las naciones que veneran a la Virgen, llamándolas a evitar divisiones irreconciliables y rechazar el odio como motor de su historia. Señaló que la autoridad pública debe ejercerse como un servicio y no como una forma de dominio.
El papa también dirigió un llamado directo a los gobernantes, a quienes pidió custodiar la dignidad humana en todas sus etapas y convertir a sus países en lugares donde cada persona pueda sentirse acogida. Recordó que la figura de la Virgen de Guadalupe ha sido, para el continente, un símbolo de consuelo y cercanía divina, especialmente desde su aparición en el Tepeyac, donde despertó en los pueblos de América la certeza de ser amados por Dios.
Consciente del peso simbólico de Guadalupe en el continente, León XIV reiteró su deseo de visitar América Latina. Tras décadas de misión en la región, afirmó que sigue pendiente su regreso, con intenciones claras de acudir a México, además de considerar escalas en Perú, Uruguay y Argentina. El mensaje dejó ver una convicción: fortalecer los lazos con una región que, aseguró, lleva profundamente en su historia personal y espiritual.
