La oferta de alojamientos tipo Airbnb en la Ciudad de México muestra una desigualdad clara: la mayor parte se concentra en solo tres alcaldías que se han convertido en el eje del alquiler temporal. Cuauhtémoc encabeza la lista con más de 12 mil anuncios, seguida por Miguel Hidalgo y Benito Juárez, que juntas reúnen miles de espacios en colonias como Roma, Condesa, Polanco, Centro y Del Valle, donde los precios de renta han escalado sin freno.
Un segundo bloque, conformado por Coyoacán, Álvaro Obregón y Azcapotzalco, ya refleja cambios similares. La conversión de viviendas tradicionales en hospedajes turísticos comienza a alterar dinámicas barriales y a generar presiones inmobiliarias en zonas que antes mantenían mayor estabilidad.
En contraste, las alcaldías periféricas permanecen casi al margen. Milpa Alta, Tláhuac, Xochimilco, Magdalena Contreras y Cuajimalpa registran cifras mínimas, lo que evidencia una brecha entre el atractivo turístico del centro urbano y los espacios que mantienen un carácter más habitacional o rural.
De acuerdo con el antropólogo social Germán Álvarez, la concentración de Airbnb en áreas centrales reduce la disponibilidad de vivienda de largo plazo y empuja los precios al alza. Propietarios optan por el alquiler temporal por su mayor rentabilidad, desplazando a familias de ingresos medios y bajos y transformando el uso del suelo en enclaves lucrativos.
El especialista advierte que esta dinámica se ha convertido en uno de los motores de la gentrificación de la capital. Conectividad, oferta cultural y la llegada de extranjeros con mayor poder adquisitivo han creado un entorno fértil para la especulación. El resultado: colonias antes populares convertidas en territorios exclusivos, con rentas dolarizadas y cada vez más lejos del bolsillo de los habitantes de la ciudad.
