La Cooperativa Pascual encendió las alertas ante el aumento al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) aplicado a las bebidas azucaradas. La empresa mexicana, conocida por marcas icónicas como Boing! y Lulú, pidió abrir un diálogo con la presidenta Claudia Sheinbaum, quien respondió con empatía y disposición.
“Queremos mucho a la cooperativa, por supuesto que hablaremos con ellos. Lo importante es que no tengan tanto contenido de azúcar las bebidas”, afirmó la mandataria durante su conferencia matutina, destacando la importancia de cuidar la salud pública sin afectar a los productores nacionales.
En un comunicado, Pascual expresó su preocupación por las repercusiones del nuevo impuesto, al señalar que, a diferencia de las grandes corporaciones extranjeras, su modelo cooperativo podría verse severamente afectado. “Pascual pertenece a sus trabajadores y opera bajo un esquema de economía social que reinvierte sus utilidades en empleos, desarrollo comunitario y apoyo a productores nacionales”, puntualizó la empresa, subrayando que sus insumos provienen al 100% de campesinos mexicanos.
Fundada en los años treinta, Pascual pasó de ser una refresquera tradicional a convertirse en símbolo de resistencia laboral tras la huelga de 1982, que derivó en su transformación en cooperativa en 1985. Hoy, sus bebidas son parte del imaginario popular y su historia, un referente del trabajo colectivo en México.
La empresa confía en que el gobierno federal reconozca su papel social y encuentre un equilibrio entre salud pública y sostenibilidad productiva, sin que los nuevos impuestos golpeen a los modelos cooperativos nacionales.
