La mañana de este lunes 6 de octubre, la tranquilidad habitual en la Preparatoria número 6 de la UNAM se rompió de golpe. Una alerta por la posible colocación de un artefacto explosivo obligó a desalojar el plantel ubicado en la colonia Del Carmen, Coyoacán. Estudiantes, profesores y trabajadores salieron con prisa y confusión, mientras las autoridades universitarias activaban los protocolos de seguridad sin permitir el ingreso de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
El operativo estuvo encabezado por personal de Protección Civil y el grupo especializado “Zorros”, quienes revisaron cada rincón del inmueble en busca del supuesto explosivo. Las calles aledañas fueron acordonadas, los accesos cerrados y los servicios de emergencia permanecieron a la espera de resultados. Tras varias horas de revisión, la tensión cedió: no se encontró ningún artefacto.
Sin embargo, este no fue un hecho aislado. Horas antes, la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales también había vivido una escena similar. En redes sociales circularon mensajes amenazantes donde se advertía de una bomba colocada en uno de los baños. “Encuentren la bomba que pusimos…”, decía uno de los textos, acompañado del desafío de no intentar descubrir la identidad de los responsables.
Ante la alerta, las autoridades universitarias desalojaron de inmediato la FCPyS y suspendieron las clases. Coincidentemente, ese mismo día los estudiantes habían convocado a una asamblea para discutir temas de seguridad en la UNAM y la situación en Palestina. Tras una inspección exhaustiva, bomberos y personal especializado determinaron que también se trataba de una falsa alarma.
El doble episodio encendió la preocupación entre la comunidad universitaria. En redes, varios alumnos expresaron molestia e incertidumbre: “Era obvio que iba a pasar”, “¿Dónde están las cámaras?”, “No hay garantías para la seguridad estudiantil”, se leía entre los comentarios.