En Iztacalco, la seguridad adquirió un nuevo rostro. Desde marzo, la Policía Violeta —un cuerpo integrado exclusivamente por mujeres— patrulla las calles con una misión clara: proteger, acompañar y defender a quienes enfrentan violencia de género. Esta iniciativa, impulsada por la alcaldesa Lourdes Paz, marca un paso firme hacia un modelo de seguridad con enfoque humano y de género.
Con más de diez oficiales y tres patrullas distribuidas en los sectores Tlacotal, Iztaccíhuatl y Pantitlán, el grupo ha logrado atender 33 casos directos de mujeres en riesgo, principalmente por violencia familiar, acoso, hostigamiento y agresiones físicas. Cada intervención se ejecuta con rapidez y sensibilidad, buscando no solo frenar la violencia, sino ofrecer acompañamiento integral a las víctimas.
“Por primera vez contamos con una Policía Violeta que nos cuida a todas. Nuestra prioridad es construir un Iztacalco libre de violencia y con igualdad de oportunidades para las mujeres”, afirmó la alcaldesa al destacar la relevancia de este cuerpo especializado.
Aunque su objetivo principal es la protección de mujeres y niñas, la Policía Violeta también atiende a hombres que enfrentan situaciones de violencia de género o vulnerabilidad, consolidando así un modelo de atención basado en el respeto y la empatía. Su labor va más allá del patrullaje: brindan atención inmediata, acompañan denuncias y canalizan a las víctimas hacia albergues o instancias especializadas.
Las oficiales que integran este grupo recibieron formación en derechos humanos, perspectiva de género y protocolos de actuación, garantizando un trato profesional y sensible. Además, trabajan en estrecha coordinación con la Base Plata, el centro de emergencias local, y con la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX, para asegurar respuestas rápidas ante cualquier reporte a través del *911 o *765.
Sin embargo, el reto ahora es que más mujeres conozcan sus servicios. Por ello, las agentes impulsan jornadas informativas, charlas y materiales de difusión sobre derechos humanos y mecanismos de denuncia. “Queremos que ninguna mujer se sienta sola ante una situación de violencia”, comentó una de las integrantes del equipo.
Con empatía y determinación, la Policía Violeta se ha convertido en símbolo de confianza y esperanza en Iztacalco. Su presencia demuestra que la seguridad también se construye con sensibilidad y compromiso, abriendo paso a una comunidad más solidaria y libre de violencia.
