El gas LP, fuente de energía esencial para millones de hogares en México, tendrá un ligero ajuste en su precio tras la entrada en vigor de nuevas normas de seguridad impulsadas por el Gobierno federal. Aunque el aumento será mínimo, las medidas buscan reforzar la protección en el transporte y distribución del combustible, tras una tragedia que marcó al país.
Las disposiciones, publicadas el 3 de octubre en el Diario Oficial de la Federación, fueron emitidas por la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) luego del accidente en el puente de La Concordia, en Iztapalapa, que dejó 31 personas sin vida y decenas de heridos. Como respuesta, la ASEA implementó las normas de emergencia NOM-EM-006-ASEA-2025 y NOM-EM-007-ASEA-2025, enfocadas en fortalecer los protocolos de seguridad en toda la cadena del gas LP.
De acuerdo con la dependencia, el impacto económico será prácticamente imperceptible: un aumento de apenas 0.2% en el precio final. En la Ciudad de México, por ejemplo, el cilindro de 20 kilos, actualmente con un precio máximo de 392.9 pesos, subiría solo 79 centavos.
La actualización se aplicará de manera gradual. Las unidades con capacidad mayor a 5 mil litros y más de 10 años de antigüedad tendrán hasta febrero de 2026 para cumplir con los nuevos lineamientos. En tanto, el resto del parque vehicular deberá adecuarse a lo largo de ese mismo año.
Los precios continúan variando según la región: mientras en la capital el kilo cuesta 19.64 pesos, en municipios fronterizos como Jiménez, Nava o Piedras Negras baja a 17.63 pesos, y en Baja California Sur alcanza los 23.25 pesos, el más alto del país.
Las nuevas reglas también obligan a las empresas gaseras a profesionalizar a sus operadores con certificación avalada por el Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias Laborales (Conocer), además de equipar todas las unidades con sistemas GPS y control de velocidad.
Aunque el incremento parece simbólico, el objetivo es mayor: prevenir accidentes y garantizar un transporte más seguro de uno de los combustibles más utilizados del país. En palabras de la ASEA, “el costo es mínimo, pero el beneficio en seguridad puede salvar vidas”.