En Milpa Alta, el agua no toma por sorpresa. Con la temporada de lluvias en marcha, el alcalde Octavio Rivero puso en marcha el programa “Operación Desagüe”, una estrategia preventiva que busca reducir riesgos de inundaciones y fortalecer la capacidad de respuesta ante emergencias.
La iniciativa no se limita a un simple desazolve: abarca desde el retiro de basura y maleza en cauces y drenajes hasta el uso de maquinaria hidroneumática —mejor conocida como vactor— para limpiar las 32 barrancas que atraviesan la demarcación. Además, se han realizado labores de mantenimiento tanto en la infraestructura como en el equipo de emergencia, con el fin de que las cuadrillas respondan de inmediato en caso de cualquier eventualidad.
De acuerdo con Rivero, los 12 pueblos de Milpa Alta han participado en los trabajos de limpieza, lo que ha permitido recoger más de 32 toneladas de desechos que obstruían el paso del agua. Entre los residuos hallados destacan neumáticos, electrodomésticos y bolsas de plástico, objetos que habían sido arrojados de manera clandestina y que representaban un riesgo latente de taponamiento.
Los números reflejan la magnitud del esfuerzo: más de 171 mil metros cuadrados de chaponeo —es decir, deshierbe y eliminación de vegetación silvestre— y el saneamiento de ríos y drenajes comunitarios. Según el edil, estas acciones ya han dado resultados visibles, pues hasta ahora Milpa Alta no ha registrado inundaciones graves en medio de las intensas lluvias que han golpeado a la capital.
Más allá de las cifras, el programa abre una reflexión inevitable: las inundaciones no siempre son producto exclusivo de la naturaleza, sino también de la irresponsabilidad humana al convertir barrancas en basureros clandestinos. “Operación Desagüe” muestra que la prevención funciona, pero también evidencia que la ciudadanía tiene un papel clave para evitar que cada temporada de lluvias se convierta en una crisis anunciada.