El Gobierno de la Ciudad de México afina una propuesta de regulación más estricta para el transporte de sustancias peligrosas, luego del accidente ocurrido en el puente de La Concordia que hasta ayer había cobrado la vida de 30 personas.
La jefa de Gobierno, Clara Brugada, adelantó que la iniciativa contempla cuatro ejes principales: límites de velocidad, horarios de circulación, rutas específicas y capacidad de los vehículos. Además, se evaluará la entrega de licencias tipo E, con mayores requisitos de control vehicular y preparación de los operadores.
“Estamos esperando algunas medidas que anunciará el gobierno federal para hacer adecuaciones y presentar la propuesta lo más pronto posible”, señaló la mandataria, quien también adelantó reformas al Reglamento de Tránsito y operativos especiales de supervisión.
La estrategia incluye además la revisión de planes de protección civil en gaseras, estaciones de carga y transportistas, con el fin de reforzar la seguridad antes de que los camiones toquen las calles.
El saldo humano
Mientras tanto, el número de víctimas sigue marcando la magnitud de la tragedia. La Secretaría de Salud capitalina reportó 16 personas hospitalizadas y 39 altas médicas, con atención personalizada para su recuperación. Tanto el IMSS como el ISSSTE confirmaron que aún atienden a seis pacientes en estado delicado.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México informó que la fuga de gas se originó tras la colisión del vehículo con un bloque de contención que abrió una hendidura en el tanque. Dos víctimas permanecen sin identificar, entre ellas una joven en estado crítico y un hombre que falleció tras proporcionar un nombre incompleto.
Reflexión necesaria
El accidente dejó claro que las fallas estructurales no sólo se encuentran en las carreteras o en los tanques de gas, sino también en los vacíos regulatorios que permiten que unidades con cargas altamente riesgosas circulen con controles insuficientes. La tragedia de La Concordia no debería ser sólo un episodio luctuoso, sino el punto de quiebre para replantear cómo se transporta lo que puede costar tantas vidas en segundos.