La Ciudad de México dio este lunes su primer gran paso hacia el Mundial de Futbol 2026 con el arranque del torneo infantil y juvenil Ollamaliztli, una competencia que reúne a equipos representativos de las 16 alcaldías capitalinas y que busca sembrar valores, inclusión y amor por el deporte desde las canchas locales.
Durante la entrega de uniformes a los participantes, la jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, afirmó que la capital no será solo espectadora del evento mundialista, sino protagonista activa. “Tenemos que vivir el futbol con valores, poniendo en el centro a las infancias”, expresó, al destacar que el lema de esta etapa es “Juego limpio y sociedad justa”.
Brugada anunció que a inicios de 2026 la ciudad intentará romper un Récord Guinness con la clase de futbol más grande del mundo, una celebración que busca unir a los habitantes rumbo al torneo global. Además, adelantó que se preparan festivales en plazas públicas con pantallas gigantes y actividades culturales para que toda la ciudadanía viva la fiesta futbolera.
El torneo Ollamaliztli —palabra náhuatl que remite al juego de pelota prehispánico— representa, según Brugada, una conexión entre las raíces culturales de México y el presente deportivo de la capital. En su primera edición participaron más de 7 mil niñas y niños, en un certamen totalmente gratuito que impulsa la igualdad de género en el deporte.
La mandataria destacó que la ciudad avanza con un plan integral de obras —movilidad sustentable, recuperación de espacios y construcción de canchas— como legado permanente del Mundial. “Queremos vivir un Mundial sin clasismo, sin machismo, sin racismo ni discriminación”, afirmó.
El director de FIFA México, Jürgen Mainka, agradeció al gobierno capitalino por su apoyo y recordó que faltan 35 semanas para que el balón comience a rodar en el Estadio Ciudad de México. “Muchos sueños empiezan en una cancha de futbol, y este torneo es una muestra de ello”, dijo.
El mensaje final de Brugada fue claro: el camino hacia el Mundial comienza en los barrios, en las escuelas y en la convivencia deportiva. “Jugar con alegría, respeto y compañerismo es la mejor manera de prepararnos para recibir al mundo”, concluyó.