La Ciudad de México guarda su riqueza en los rincones menos esperados: los barrios antiguos, las cocinas que sobreviven al paso del tiempo y las manos que todavía elaboran artesanías como lo hacían sus abuelos. Para honrar esa herencia, la capital abre espacio a la séptima edición de la Feria de Barrios Originarios, una celebración que busca recordar que la modernidad no está reñida con la tradición.
Del 15 al 18 de octubre, la Plaza Manuel Tolsá se convertirá en escenario de esta fiesta cultural. Desde las 11 de la mañana y hasta las 6 de la tarde, los visitantes podrán recorrer puestos donde lo artesanal, lo gastronómico y lo comunitario se entrelazan para contar la historia de una ciudad que no olvida sus raíces.
La feria no es solo un paseo visual o culinario. Es también una oportunidad para escuchar a los propios habitantes de los barrios que, con orgullo, comparten su legado. Muchos de estos lugares tienen origen prehispánico y, a pesar del crecimiento urbano, siguen vivos en la identidad chilanga. En esta edición, el pueblo de San Salvador Cuauhtenco, en Milpa Alta, será el invitado especial, mostrando la fuerza de una comunidad que ha sabido mantener vivas sus costumbres.
El recorrido ofrecerá sabores que van desde los antojitos típicos hasta platillos emblemáticos poco conocidos fuera de sus comunidades. Además, las artesanías hechas a mano recordarán al visitante que cada pieza lleva consigo horas de dedicación y una historia detrás.
Lo mejor: la entrada es gratuita. El único gasto posible será aquel que el visitante decida hacer en comida o artesanías, una forma directa de apoyar a quienes mantienen vivas estas tradiciones.