Aunque la venta de vapeadores está prohibida por ley a nivel federal, en la Zona Rosa de la Ciudad de México —una de las áreas más conocidas por su vida nocturna y comercio informal— persiste la venta clandestina de estos productos, principalmente durante las noches de mayor afluencia.
En un recorrido por la calle Génova, donde se concentran bares, restaurantes y antros, se observaron numerosos puestos ambulantes que ofrecen bocinas, ropa, artesanías, accesorios para celular y comida. Entre ellos, al menos cinco expendían artículos para fumar, como encendedores, papel para enrolar, pipas e inciensos, y reconocieron que también comercializan vapeadores de manera discreta.
“Sólo que no los podemos sacar”, admitió uno de los vendedores, mientras organizaba su mercancía. Explicó que mantienen los cigarros electrónicos ocultos para evitar sanciones de las autoridades, y que las ventas se realizan bajo pedido.
De acuerdo con los comerciantes, los vapeadores se ofrecen en distintos precios, desde 100 pesos los modelos más básicos hasta 600 pesos los de mayor calidad. Además, señalan que la venta aumenta al anochecer, cuando incrementa la afluencia de personas en los bares y antros de la zona.
La prohibición de los cigarros electrónicos y vapeadores fue una medida implementada por el Gobierno Federal en 2022, como parte de una política de control sanitario. Sin embargo, para este 2025 se busca endurecer las sanciones, no sólo con multas de hasta 200 mil pesos, sino con penas de prisión de hasta ocho años para quienes fabriquen, distribuyan o comercialicen estos dispositivos.
