Jay de la Cueva y Tito Fuentes se reencuentran con el público en una noche de nostalgia, sarcasmo y catarsis colectiva.
El Palacio de los Deportes se volvió una olla de presión el pasado fin de semana con la celebración de los 30 años de Molotov, una de las bandas más icónicas e irreverentes del rock mexicano. El recinto lució lleno y vibrante, con un público que abarcó desde los treintañeros que crecieron con la banda, hasta jóvenes que descubrieron sus letras contestatarias en plataformas digitales.
Desde el primer acorde, el ambiente fue puro desahogo. Entre gritos, risas y cánticos catárticos como “Chingo yo, chingas tú, chinga tu madre” y “Ehh, ohh, pendejo”, el público se entregó a una banda que, tres décadas después, sigue siendo símbolo de crítica y rebeldía.
El regreso de Jay de la Cueva a Molotov añadió un toque nostálgico, pero también desenfadado. Entre bromas y energía renovada, el músico bromeó con el público antes de interpretar “Rastaman-dita”. También se unió al setlist Pato Machete, de Control Machete, quien compartió buena parte del show con la banda.
El momento más emotivo de la noche llegó cuando Tito Fuentes apareció en el escenario. Jay lo presentó como “una de las mentes maestras de esta banda”, mientras el guitarrista, con una sonrisa, improvisaba algunos acordes llenos de distorsión.
Durante el concierto sonaron clásicos como “Here We Kum”, “Noko”, “Dance and Dense Denso”, “Voto Latino” y “Molotov Cocktail Party”. En un gesto de humildad y camaradería, la banda cerró la noche con un homenaje a Control Machete, interpretando “¿Comprendes, Mendes?”.
“Gracias por aguantarnos 30 años… nos vemos dentro de otros 30”, dijo Jay antes de despedirse, dejando claro que Molotov sigue siendo ese grupo que dice lo que pocos se atreven, y lo hace con ritmo, sarcasmo y una dosis exacta de caos.
