El caso del ciudadano chino Dong Zhang vuelve a escalar en tensión internacional. Una Corte Federal de Georgia emitió una nueva orden de aprehensión en su contra por lavado de al menos 20 millones de dólares entre 2020 y 2021, mientras que en México la Fiscalía General de la República (FGR) busca revertir decisiones judiciales que facilitaron su fuga.
Zhang, considerado una figura clave en la red de tráfico de drogas y precursores químicos vinculada al Cártel de Sinaloa y al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), fue detenido el 30 de octubre de 2024 en una residencia de Lomas de Santa Fe, Ciudad de México. El operativo fue encabezado por la FGR, con apoyo de la Marina, el Ejército y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Su captura tenía fines de extradición a Estados Unidos, donde se le acusa de traficar más de mil kilos de cocaína, mil 800 de fentanilo y 600 de metanfetaminas.
Sin embargo, pese a la gravedad de los cargos, un juez federal le concedió prisión preventiva domiciliaria, bajo resguardo de la Guardia Nacional, en una vivienda de Lomas de Padierna. En agosto pasado, Zhang se quitó el brazalete de localización y huyó del país, lo que llevó a la FGR a solicitar una nueva orden de captura por “resistencia de particulares”. El juez del Reclusorio Oriente se declaró incompetente para conocer del caso, decisión que ahora la Fiscalía impugna ante un Tribunal Colegiado.
La fuga del empresario chino ha desatado críticas sobre la debilidad del sistema judicial mexicano y la falta de coordinación entre las autoridades encargadas de su vigilancia. El episodio revive tensiones diplomáticas entre México y Estados Unidos, justo cuando ambos países refuerzan la cooperación contra el tráfico de fentanilo.
