La Ciudad de México dio un paso más hacia la igualdad real. La jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, presentó el Programa de Autonomía Económica de las Mujeres, una estrategia pensada para que las capitalinas logren independencia financiera, rompan con la desigualdad y transformen sus proyectos en oportunidades rentables.
Brugada fue directa: “El acompañamiento a las mujeres debe traducirse en ingresos propios, redes de apoyo y condiciones para una vida libre y con dignidad.” Su mensaje fue contundente: la igualdad no puede existir sin autonomía económica.
Con una inversión de 500 millones de pesos para los años 2025 y 2026, el programa plantea tres pilares: Capital semilla, Microcréditos y Empresas sororas, todos enfocados en impulsar el emprendimiento, fortalecer negocios existentes y abrir caminos al empleo formal.
El Capital semilla otorgará 25 mil pesos no reembolsables, en dos entregas, para mujeres que inicien proyectos verificables. “No se trata de regalar dinero, sino de sembrar confianza”, puntualizó Brugada.
En tanto, los Microcréditos ofrecerán préstamos de 10 mil a 100 mil pesos, con intereses que van del 0 al 3 por ciento y plazos de pago de hasta 36 meses. Este impulso busca que más mujeres formalicen sus negocios y eleven su rentabilidad.
El tercer componente, Empresas sororas, conectará a mujeres que enfrentan barreras laborales con empleos dignos, gracias al apoyo de cámaras empresariales como Coparmex, Canaco, CMIC, Canadevi, AMMJE y el CCE, entre otras.
Para garantizar que cada proyecto avance, más de 70 monitoras acompañarán a las beneficiarias con asesorías financieras, técnicas y de formación feminista. Además, en colaboración con Sedeco, la Secretaría del Trabajo y universidades, se promoverá la capacitación en sectores no tradicionales, como tecnología, inteligencia artificial y desarrollo digital.
Actualmente, el 42% de los hogares en la capital son encabezados por mujeres, y 1.8 millones viven en pobreza de ingresos. De ahí la urgencia de un programa que apueste por su talento y autonomía.
Brugada lo resumió así: “Cuando una mujer logra autonomía económica, transforma su vida, su entorno y el tejido social de la ciudad.”
El mensaje es claro: la igualdad no se declama, se construye con políticas públicas que crean oportunidades reales.
