Aunque el alcalde de Benito Juárez, Luis Mendoza, ha reiterado su compromiso con el deporte y la activación física, su administración mantiene inactivos los principales centros deportivos de la demarcación por incidentes que pudieron evitarse con un adecuado mantenimiento y supervisión de protección civil.
En el Centro Deportivo México 68, la Dirección del Deporte —a cargo de Anahí Sánchez— suspendió durante un mes las actividades en la Alberca Olímpica Francisco Márquez bajo el argumento de realizar trabajos eléctricos y rehabilitación de vestidores. Sin embargo, usuarios denunciaron que siguen pagando cuotas sin recibir los servicios y que los recursos no se reflejan en el mantenimiento del complejo.
Los asistentes también reportaron que los pasillos laterales están cerrados, hay falta de limpieza y moho en las escalinatas y vestidores, condiciones que califican como insalubres. La situación se repite en el Gimnasio Juan de la Barrera, utilizado con frecuencia para eventos sociales, conciertos y funciones de lucha libre, pero sin programación deportiva constante.
En tanto, el Gimnasio Eduardo Gorráez, contiguo al anterior, presenta daños estructurales derivados de la construcción del desarrollo inmobiliario Splendor Coyoacán, proyecto que —según los vecinos— opera sin sanciones pese a las afectaciones.
Por su parte, el Centro Deportivo Benito Juárez, ubicado junto a las oficinas del gobierno local, permanece cerrado desde diciembre debido a un incendio en el estacionamiento. Aunque el inmueble ocasionalmente abre para reparaciones, las ligas deportivas fueron reubicadas en otros espacios que no cuentan con las condiciones ni capacidad necesarias.
Pese a que el alcalde Mendoza ha prometido impulsar el deporte como eje de su gestión, los hechos muestran una política deportiva estancada, con instalaciones deterioradas, subutilizadas o cerradas, y una ciudadanía que reclama el abandono de los espacios públicos que alguna vez fueron emblema de la demarcación.
