El lanzamiento de Tragos Amargos, el libro autobiográfico de Lupillo Rivera, no tardó en encender la polémica. En sus páginas, el cantante no solo aborda pasajes de su vida familiar, sino que también revive su relación con Belinda, relatando momentos íntimos que han causado revuelo entre fans y detractores.
Una de las revelaciones más comentadas fue el relato de su primera noche junto a la intérprete de “Sapito” en 2019. Según Rivera, Belinda lo habría invitado a su casa tras una cena, donde pasaron lo que él describió como una “larga velada”. “Dormimos juntos por primera vez”, narra en el texto. Ante un reportero que calificó el hecho como “fuerte”, el cantante respondió con naturalidad: “Eso es lo que sucede en las relaciones”.
Sin embargo, lo que Lupillo presentó como una anécdota romántica desató críticas en redes sociales. Internautas reprocharon que expusiera detalles de la vida privada de Belinda, acusándolo de lucrar con su nombre para permanecer vigente. “Un verdadero caballero no tiene memoria”, escribió un usuario, mientras otros calificaron el testimonio como “poco creíble” y hasta “vergonzoso”.
La controversia se encendió aún más cuando Belinda, interceptada en el Aeropuerto de la Ciudad de México, evitó dar declaraciones extensas, aunque su reacción generó un zafarrancho mediático. El silencio de la cantante contrastó con la insistencia de Rivera en revivir una historia que, según él, terminó por “unas cosillas que no le gustaron”.
El episodio ha dejado claro que, en el mundo del espectáculo, los recuerdos de una relación pueden convertirse en armas de exposición pública. Y mientras Lupillo asegura que solo cuenta “su verdad”, queda abierta la reflexión sobre hasta dónde debe llegar la confesión personal cuando el límite entre lo íntimo y lo mediático se difumina.