La lluvia no detuvo el acto. En el Zócalo de la Ciudad de México, la presidenta Claudia Sheinbaum encabezó la entrega de la colección “25 para el veinticinco”, un proyecto editorial que busca llevar libros gratuitos a jóvenes de México y distintos países de América Latina. En pocos minutos, el mensaje fue claro: leer no es un lujo, es una forma de transformación colectiva.
La colección reúne 25 títulos de autores fundamentales de la literatura latinoamericana y será distribuida de manera gratuita. Desde el templete, Sheinbaum subrayó que ningún contenido digital logra el mismo impacto que un libro en la formación del pensamiento crítico. Leer, dijo, construye conciencia y permite reflexionar de manera más profunda sobre la realidad social, algo que difícilmente ofrecen las redes sociales.
Acompañada por la secretaria de Cultura, Claudia Curiel, la presidenta reconoció el trabajo de promotores de lectura y brigadas culturales que han insistido durante años en llevar libros a bajo costo o sin costo alguno. Destacó que este esfuerzo colectivo permitió que el proyecto trascendiera el ámbito nacional y se convirtiera en una iniciativa regional.
La jefa de Gobierno capitalina, Clara Brugada, añadió que el acceso a la lectura rompe barreras de desigualdad y fortalece a las juventudes como agentes de cambio. Señaló que la literatura no solo entretiene, sino que cuestiona, incomoda y abre la puerta a imaginar realidades distintas, especialmente en contextos marcados por la exclusión.
Por su parte, Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica, enmarcó la iniciativa en un escenario latinoamericano complejo y afirmó que, frente a la censura y la prohibición de libros en otros países, la respuesta fue clara: regalar libros y apostar por la cultura como acto político y social.
Autores como Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Juan Gelman, Amparo Dávila y Sergio Ramírez forman parte de la colección que se entregó a los asistentes. La imagen final fue contundente: en medio de la lluvia, miles de libros circularon en la plaza pública, recordando que la lectura sigue siendo una herramienta vigente para pensar, cuestionar y transformar el presente.
