El 2025 trajo un respiro inesperado para millones de habitantes del Valle de México: el Sistema Cutzamala alcanzó en septiembre un 75,53% de llenado, un nivel tres veces mayor al registrado en el mismo mes del año pasado y el más alto en lo que va del sexenio.
Las lluvias extraordinarias que azotaron la capital y el centro del país durante la temporada de huracanes fueron determinantes. Tan solo entre el 15 de mayo y el 3 de septiembre, el sistema captó 198,586 millones de metros cúbicos de agua, una cifra que garantiza reservas clave para enfrentar los meses de estiaje que se aproximan.
El contraste con 2024 es contundente. Hace apenas un año, las presas del Cutzamala apenas rondaban el 26% de su capacidad, lo que encendió alertas por la seguridad hídrica de la capital. La sequía prolongada entre 2020 y 2023 dejó en evidencia la fragilidad del sistema ante fenómenos climáticos extremos, llevando a la población a enfrentar cortes y tandeos que golpearon la vida cotidiana.
Hoy, el panorama es distinto. El nivel de almacenamiento equivale a 591.045 millones de metros cúbicos, muy por encima del 64% reportado a inicios de este año, aunque todavía lejos del récord histórico del 2016, cuando alcanzó el 90,32%.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) confía en que las cifras seguirán mejorando. Con la temporada de lluvias y huracanes aún activa hasta finales de octubre, se proyecta que el sistema podría cerrar 2025 con hasta un 85% de llenado, consolidando así una recuperación que parecía impensable hace apenas unos meses.
El clima también se ha vuelto un aliado: el frente frío número 2 y nuevas ondas tropicales podrían aportar más agua a las presas en las próximas semanas.
Sin embargo, especialistas advierten que un año de abundancia no debe borrar la memoria de la crisis reciente. La verdadera lección que deja el Cutzamala es que la seguridad hídrica no depende solo de la naturaleza, sino también de la planeación, el ahorro y el uso responsable del agua. Porque si algo enseñó la sequía es que los milagros climáticos no siempre llegan a tiempo.