Durante agosto, la alcaldía Miguel Hidalgo se colocó como la más peligrosa de la Ciudad de México en materia de extorsión, a pesar de que su titular, Mauricio Tabe, asegura que el delito “no representa un problema” en la zona. Los datos, sin embargo, cuentan otra historia.
De acuerdo con el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), la demarcación registró una tasa de 3.4 casos de extorsión por cada 100 mil habitantes, la más alta en la capital. En total, se abrieron 13 carpetas de investigación durante ese mes, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Considerando que en Miguel Hidalgo viven poco más de 400 mil personas, el número resulta alarmante.
El informe del ONC vuelve a poner la lupa sobre la seguridad en esta alcaldía, donde recientes hechos violentos también han sacudido a los vecinos. Uno de los casos más mediáticos fue el asesinato del estilista Miguel de la Mora, ocurrido en Polanco a finales de agosto. Tras el crimen, Tabe declaró que se trató de un ataque directo y descartó que estuviera relacionado con cobros de piso o una ola de violencia generalizada.
“El homicidio fue un hecho lamentable, pero no tiene que ver con extorsión ni con delincuencia organizada”, afirmó el edil.
Sin embargo, las cifras oficiales y la percepción ciudadana van por caminos distintos. Mientras las autoridades locales buscan contener el impacto mediático, los datos revelan una tendencia que crece silenciosamente: la extorsión como un delito cotidiano que no distingue colonias ni niveles socioeconómicos.