El corazón de la capital volvió a encenderse con el alumbrado monumental que celebra el 115 aniversario de la Revolución Mexicana, una instalación que este año coloca a las mujeres revolucionarias en el centro de la narrativa. Desde la Plaza de la Constitución, Clara Brugada Molina encabezó el encendido y resaltó que la fuerza del pueblo continúa escribiendo la historia del país, ahora con un reconocimiento especial a quienes lucharon en un movimiento decisivo para la transformación nacional.
Los visitantes que recorran el Zócalo encontrarán estructuras luminosas dedicadas a combatientes, estrategas, enfermeras y mensajeras que sostuvieron la causa revolucionaria. Entre ellas destaca la figura de Petra Herrera, homenajeada en el diseño principal que adorna la calle 20 de Noviembre. Para la Jefa de Gobierno, estas mujeres representaron la fibra moral de un país que buscaba justicia frente a la desigualdad del viejo régimen.
Brugada retomó también los ideales que guiaron a Madero, Zapata y Villa bajo el lema “sufragio efectivo, no reelección”, recordando que la lucha surgió para enfrentar un modelo que concentraba poder y reprimía demandas sociales. En línea con recientes mensajes de la Presidencia de la República, reiteró que la violencia, el odio y los llamados a intervenciones externas no tienen cabida en la vida pública del país.
El montaje luminario, detalló la Secretaría de Obras y Servicios, requirió cerca de dos meses de trabajo y suma más de 10 mil luces LED distribuidas en tres grandes paneles decorativos. Los edificios que rodean el Zócalo se cubren con banderines tricolores, magueyes y hojas de laurel, símbolos vinculados al triunfo del movimiento revolucionario.
El acto estuvo acompañado por integrantes del gabinete capitalino, autoridades culturales y deportivas, así como representantes de pueblos originarios. Un ballet folklórico cerró la ceremonia, reforzando el ambiente festivo de la noche.
Al encenderse las luces, quedó también encendido un recordatorio: la historia de México sigue avanzando cuando se reconoce el valor de quienes han sostenido sus luchas, especialmente aquellas voces que durante décadas quedaron fuera del relato oficial.
