Claudia Sheinbaum llegó al Centro John F. Kennedy para participar en el sorteo del Mundial de la FIFA 2026, evento que coloca a México, Estados Unidos y Canadá en el centro de la atención global como países anfitriones. La presidenta asistió en su calidad de jefa de Estado y, antes de la ceremonia, tenía previsto un encuentro breve con Donald Trump, enfocado en logística y coordinación trilateral rumbo a la justa deportiva.
El intercambio entre ambos mandatarios será corto, según fuentes diplomáticas, pero clave para revisar los preparativos y blindar la cooperación entre los tres países. El Mundial se ha convertido en una vitrina política adicional para demostrar capacidad organizativa, seguridad y manejo conjunto de proyectos de gran escala.
Después del sorteo, Sheinbaum sostendrá una reunión con el primer ministro canadiense, Mark Carney, para revisar temas comunes que van desde movilidad y desarrollo hasta asuntos económicos que atraviesan a ambas naciones. Su agenda continúa en el Instituto Cultural Mexicano, donde encabezará encuentros privados y un almuerzo con representantes de México en Washington.
Más tarde, la presidenta dialogará con líderes de la comunidad mexicana en la región, en un espacio moderado por el embajador Esteban Moctezuma Barragán. Será un foro para escuchar inquietudes, reforzar la presencia diplomática y subrayar el papel de la diáspora en la relación bilateral.
La visita combina diplomacia, proyección internacional y un escaparate deportivo que puede convertirse en un termómetro político. El reto, como siempre, estará en traducir estos gestos en acciones concretas que fortalezcan la cooperación real entre los tres socios del Mundial.
