La cuenta regresiva para despedir el año entró en su recta final y el Paseo de la Reforma se alistó para convertirse en el punto de encuentro de miles de personas que buscaron recibir el nuevo ciclo al ritmo de la música electrónica. La avenida más emblemática de la capital se transformó en un escenario abierto que prometió una de las celebraciones sonoras más ambiciosas de los últimos años.
El concierto reunió a ocho DJs de distintas latitudes que hicieron vibrar las inmediaciones del Ángel de la Independencia. Proyectos internacionales y talento nacional compartieron cabina en una jornada que combinó sets en vivo, mezclas electrónicas y una propuesta visual diseñada para acompañar cada transición musical. La diversidad de estilos marcó el ritmo de una noche pensada para un público amplio y dispuesto a bailar hasta la madrugada.
La fiesta comenzó desde la tarde y se extendió durante varias horas, ofreciendo un maratón de música, luces y energía colectiva. Al tratarse de un evento gratuito, la afluencia fue masiva y superó expectativas, por lo que se recomendó llegar con tiempo suficiente para asegurar un buen lugar y evitar contratiempos en los accesos.
Además del ambiente festivo, las autoridades advirtieron sobre las condiciones climáticas típicas de la madrugada, con temperaturas bajas que obligaron a los asistentes a prepararse con ropa adecuada para resistir el frío sin abandonar la celebración.
Más allá del espectáculo, el evento reflejó cómo el espacio público se consolida como punto de reunión para celebrar, convivir y cerrar ciclos. Una noche en la que la música sirvió como lenguaje común para despedir lo viejo y abrir paso, entre beats y luces, a lo que estaba por venir.
