En medio de nuevas especulaciones políticas, Andrés Manuel López Beltrán, secretario de Organización de Morena e hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, negó tajantemente haber promovido, junto con su hermano Gonzalo, algún amparo para evitar una posible detención. La versión que circuló en distintos medios, dijo, es un montaje orquestado para vincularlos con hechos y personajes ajenos a ellos.
A través de un comunicado, López Beltrán aclaró que ni él ni su familia tienen relación con dicho trámite judicial y que, incluso, renuncian expresamente a cualquier beneficio que pudiera derivar de este. Solicitó al Poder Judicial investigar cómo se gestionó el recurso, ya que fue ingresado en varios juzgados y, a su juicio, se trata de una operación coordinada desde distintos frentes con fines políticos.
El dirigente morenista subrayó que la intención de este tipo de maniobras es desprestigiarlo y colocar a su familia bajo sospecha, justo en momentos en que el gobierno de Claudia Sheinbaum ha intensificado acciones contra estructuras criminales. En ese sentido, reiteró su respaldo a la presidenta y a la estrategia federal de seguridad, insistiendo en que está a favor del desmantelamiento de redes delictivas.
En su mensaje, López Beltrán no solo deslindó responsabilidades, sino que también responsabilizó a lo que llamó “el hampa del periodismo”, al que acusó de actuar bajo órdenes de la “mafia del poder económico” y de los herederos del viejo régimen de corrupción.
Finalmente, afirmó que desde temprana edad él y sus hermanos aprendieron a convivir con ataques de este tipo, que lejos de intimidarlos, les sirven como recordatorio para mantener recto su camino. La disputa, sin embargo, deja en evidencia cómo la confrontación política sigue usando el descrédito como arma, y cómo la frontera entre justicia y estrategia mediática se vuelve cada vez más difusa.
