La tragedia del Puente de la Concordia y Calzada Ignacio Zaragoza en Iztapalapa dejó múltiples historias desgarradoras, pero ninguna tan conmovedora como la de Alicia Matías Teodoro. La mujer, que protegió con su cuerpo a su nieta durante la explosión de la pipa, falleció la noche del viernes 12 de septiembre tras sufrir quemaduras en el 90 % de su piel.
Alicia trabajaba como checadora en la base de camiones de Santa Martha y todos los días llevaba a su nieta consigo, ya que su hija, empleada en servicios de limpieza, no podía cuidarla. Antes de este empleo, vendió dulces, un oficio que le permitió apoyar económicamente a su familia y demostrar su incansable dedicación. Su vida estaba marcada por la entrega a los suyos y, en su último acto, esa entrega se convirtió en heroísmo.
Tras la explosión, la imagen de Alicia caminando entre las llamas, todavía sosteniendo a su nieta, se volvió viral. En las fotos y videos que circularon por redes sociales, un policía cargaba a la niña mientras ella, con quemaduras visibles, se mantenía firme, símbolo de amor incondicional y valentía frente al peligro.
Durante los días siguientes, Alicia estuvo hospitalizada en el Hospital Magdalena de las Salinas, luchando por sobrevivir, pero su cuerpo no resistió las heridas. Mientras tanto, su nieta fue trasladada al Centro Médico Nacional Siglo XXI, donde permanece bajo atención. Su hija, Cinthya Jazmín Carrillo Matías, expresó que aún no ha podido ver a su madre por concentrarse en cuidar a su hija, reflejando el sacrificio continuo de esta familia.
La historia de Alicia no solo conmueve; es un recordatorio del valor y la resiliencia de quienes, sin pensarlo, ponen la vida de otros por encima de la propia. En medio de la tragedia, su acto de protección permanece como un legado de amor que las redes, la ciudad y el país entero no olvidarán.