La conferencia matutina estuvo encabezada por la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, mientras la presidenta Claudia Sheinbaum se encontraba en su gira por Norteamérica, donde participaría en el sorteo del Mundial 2026 y sostendría sus primeros encuentros bilaterales con Donald Trump y el primer ministro canadiense, Mark Carney. Con la mandataria fuera del país, la atención se concentró en el clima político que dejó la aprobación de la nueva Ley General de Aguas.
Cuestionada por las inconformidades de grupos agrícolas, Rodríguez aseguró que no se prevén nuevas movilizaciones, pues la dependencia mantiene un canal de diálogo permanente. Subrayó que en Gobernación “se escucha a todos”, incluso a quienes difieren del proyecto, y que ese acercamiento ha permitido contener las tensiones surgidas tras la reforma.
La funcionaria aprovechó para felicitar al Congreso por avalar la iniciativa presidencial. Destacó que la nueva ley busca ordenar el uso del agua en el país y que las modificaciones responden a una demanda acumulada por años. Agradeció también la participación de colectivos y especialistas que, dijo, contribuyeron al proceso con opiniones y observaciones.
El paquete legislativo avanzó con rapidez luego de que el Senado dispensara trámites para llevar el dictamen directamente al pleno, después de su aprobación en Diputados tras un extenso debate. Aunque el oficialismo defiende que el nuevo marco hídrico dará certeza y limitará arbitrariedades, la celeridad del procedimiento volvió a prender focos entre sectores que piden mayor discusión. Con la ley ya en marcha, el verdadero reto será demostrar que el orden prometido no excluye a quienes hoy dudan de sus alcances.
