La alcaldía Cuauhtémoc destinó más de un millón 850 mil pesos para adquirir aceites, aditivos y materiales de mantenimiento vehicular, pero la empresa elegida —Constructora LMI, S.A. de C.V.— arrastra antecedentes de irregularidades en obras públicas. El contrato, gestionado por la Dirección de Recursos Materiales y Servicios Generales, forma parte del gasto operativo para mantener en funcionamiento la flotilla oficial.
El pedido incluye refrigerantes para modelos recientes, anticongelante, aceites para motores a diésel, gasolina y sintéticos, además de desengrasantes y grasa en diversas presentaciones. Sin embargo, la elección del proveedor vuelve a encender alertas. Constructora LMI fue responsable de construir las escaleras eléctricas en corredores de la alcaldía Álvaro Obregón, una obra que superó los ochenta millones de pesos y que terminó bajo revisión de la Auditoría Superior de la Ciudad de México.
La investigación detectó que la compañía no proporcionó datos básicos de contacto en los contratos y que los trabajos se ejecutaron sin registros claros sobre fechas de obra o responsables. Esas anomalías fueron clasificadas como puntos críticos dentro del expediente de auditoría.
Aun con ese historial, la administración actual de Cuauhtémoc adjudicó el contrato como parte de sus compras recurrentes. La decisión abre cuestionamientos sobre los criterios de selección y la vigilancia interna en el uso de recursos públicos, especialmente en un contexto donde la transparencia se ha convertido en una exigencia ciudadana constante.
