Durante su Primer Informe de Gobierno, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, presentó un programa que busca cambiar la forma en que se reconocen las labores de cuidado en los hogares capitalinos. Bajo el nombre “Ciudad que cuida a quien cuida”, la estrategia arrancará en septiembre de 2025 y ofrecerá un apoyo de 2,000 pesos bimestrales a mayores de 18 años que atiendan de manera directa a familiares en situación de dependencia por edad avanzada o discapacidad.
El proyecto comenzará con mil beneficiarios, pero la meta es ampliar su cobertura a lo largo del sexenio. Con ello, la mandataria busca visibilizar un trabajo históricamente invisibilizado y feminizado: el de quienes, sin descanso ni remuneración, sostienen la vida cotidiana de sus familias. “El objetivo es convertir a la Ciudad de México en la primera ciudad cuidadora del país”, subrayó Brugada, recordando que esta iniciativa se enlaza con la instalación de 200 espacios de atención en Utopías y Pilares.
Aunque la promesa de apoyo económico es inmediata, aún faltan las reglas de operación que definirán los documentos y procesos de registro. Por ahora, se sabe que los requisitos básicos serán: residir en la CDMX, acreditar la labor de cuidado y comprometerse a participar en talleres de capacitación y autocuidado que acompañarán el apoyo económico.
La propuesta no se limita a entregar dinero: incluye formación y asistencia para quienes cuidan, con la intención de fortalecer sus capacidades y ofrecerles acompañamiento emocional. En un país donde la mayor parte del cuidado recae sobre las mujeres, este programa abre un debate necesario: ¿puede una transferencia económica bimestral reparar décadas de desigualdad en el trabajo doméstico? Quizá no, pero al menos pone en la mesa una verdad incómoda: sin cuidados no hay vida, y sin quienes cuidan no hay ciudad.