La muerte de la fotógrafa Berenice Giles, ocurrida durante el festival musical Axe Ceremonia, mantiene bajo presión a la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX). La titular de la dependencia, Bertha Alcalde Luján, aseguró este martes que la investigación avanza sin privilegios ni simulaciones: “No vamos a encubrir a nadie, pero tampoco a fabricar culpables”, subrayó.
El pronunciamiento se da tras la denuncia pública de la familia de la joven, quien acusó que las autoridades capitalinas protegen a OCESA —coorganizadora del evento— y a Servicios de Protección Privada Lobo S.A. de C.V., empresa de seguridad contratada para el festival. En un comunicado, los Giles afirmaron que ambas compañías debían responder por “omisiones y negligencias que costaron vidas”, señalando que no solo se trató de un accidente aislado, sino de una cadena de responsabilidades.
La fiscal defendió la labor de su institución: dijo que se han realizado más de 120 entrevistas y decenas de peritajes, además de otros actos de investigación. Aseguró que la empresa encargada del boletaje y de los accesos al evento “no está vinculada con el tema de la grúa que cayó”, incidente que terminó con la vida de Berenice y su compañero Miguel, también fotógrafo.
Aunque evitó adelantar nombres, Alcalde Luján afirmó que la judicialización del caso está cerca y que pronto podrían presentarse imputaciones. No obstante, el señalamiento de la familia ha puesto en la mesa una discusión incómoda: la relación entre grandes promotores de espectáculos, empresas de seguridad y la rendición de cuentas cuando ocurren tragedias.
