La captura de Hernán Bermúdez Requena en Paraguay no solo representó un golpe al crimen organizado mexicano, también evitó que el presunto líder del grupo La Barredora expandiera su influencia en Sudamérica. El jefe de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), Jalil Rachid, confirmó que el detenido, conocido como “El Abuelo” o “Comandante H”, buscaba instalar una red criminal en el país, aunque fue detenido antes de lograrlo.
Bermúdez ingresó de forma irregular desde Brasil, tras llegar a ese país procedente de Panamá, y se refugió en una vivienda alquilada en Asunción, casi sin salir. Las investigaciones apuntan a que pretendía usar Paraguay como base de operaciones, aunque también se escondía de tensiones internas con otros líderes del Cártel Jalisco Nueva Generación en México. Su esposa, quien entró ilegalmente al país en mayo y regularizó su situación en agosto, también quedó a disposición de la Fiscalía.
La Senad detectó su presencia gracias a movimientos financieros sospechosos rastreados desde el 5 de marzo. Ese monitoreo permitió establecer que el exsecretario de Seguridad de Tabasco, acusado en México de asociación delictuosa, extorsión y secuestro exprés, operaba con un círculo reducido de confianza y buscaba mantener un perfil bajo.
Ahora, Bermúdez permanece en la sede de la Senad, un espacio con medidas de seguridad reforzadas para evitar riesgos propios de un detenido de alto perfil. Su extradición a México ya está en proceso, aunque dependerá de los recursos legales que interponga para retrasar la entrega. Rachid advirtió que el procedimiento puede ser largo, pero las autoridades esperan agilizarlo.
