La Unidad de Inteligencia Financiera ordenó el congelamiento de las cuentas bancarias de Raúl Rocha Cantú, empresario y copropietario de Miss Universo, en medio de una investigación que lo vincula con una red dedicada al tráfico de combustible, armas y drogas. Aunque figura como testigo colaborador ante la Fiscalía especializada en delincuencia organizada, el cerco financiero avanzó mientras la indagatoria sigue creciendo.
El expediente apunta a una estructura criminal que operaba entre Ciudad de México, Querétaro y Guatemala, integrada por al menos una docena de presuntos cómplices. Entre ellos aparecen figuras identificadas como “Kevin”, señalado como el encargado del tráfico de armas de grueso calibre; Jorge Alberts Ponce y Jacobo Reyes León, vinculados a la empresa de seguridad Valvón Servicios Integrales, señalada por presunto lavado de dinero para grupos como La Unión y el Cártel Jalisco Nueva Generación. La red, según la investigación, movía armas desde Guatemala ocultas en autobuses que llegaban a puntos de comercio informal y las ofrecía incluso mediante aplicaciones de mensajería.
Rocha Cantú, además de su vínculo con el certamen internacional, mantiene negocios en casinos y seguridad privada, áreas bajo lupa dentro de la pesquisa que también explora operaciones con hidrocarburos de procedencia ilícita y presuntos centros de distribución utilizados para el huachicol.
La UIF ha intensificado este tipo de acciones, con decenas de acuerdos de bloqueo que alcanzan cientos de cuentas. En este caso, el congelamiento no solo presiona al empresario: vuelve a poner sobre la mesa la profundidad con la que el crimen organizado logra infiltrarse en sectores económicos formales.
