A lo largo del año, el Metro de la Ciudad de México se convirtió en escenario de múltiples rescates animales que revelan un problema creciente: especies abandonadas, transportadas sin protección o deambulando entre andenes y vagones. De enero a la fecha, el Sistema de Transporte Colectivo registró la recuperación de 11 ejemplares no domésticos, algunos decomisados por su posesión irregular y otros hallados en zonas de alto peligro para su supervivencia.
Entre las especies localizadas aparecieron iguanas, serpientes, un caimán, una tortuga, una zarigüeya e incluso un gavilán Cooper. Uno de los casos más llamativos fue el de una serpiente pitón bola que un menor llevaba como mascota en pleno recorrido. A esta lista se suman 70 perros y tres gatos rescatados durante el mismo periodo, muchos de ellos encontrados en vías o dentro de vagones en movimiento.
Las autoridades del Metro destacaron la labor de los policías Auxiliar y Bancaria e Industrial, quienes en sus rondines diarios son los primeros en detectar estas situaciones. También resaltaron el trabajo del personal de Transportación y de Gestión Integral de Riesgos, encargado del rescate inmediato cuando un animal aparece en zonas operativas.
Una vez asegurados, los ejemplares silvestres son entregados a la Brigada de Vigilancia Animal, encargada de su cuidado especializado. En el caso de los perros, estos son canalizados al Centro de Transferencia Canina, donde reciben valoración veterinaria y, de ser necesario, tratamiento.
En el marco del Día Internacional de los Derechos de los Animales, el Metro reiteró su compromiso de protección permanente. Sin embargo, los rescates constantes dejan claro un desafío mayor: la convivencia entre millones de usuarios y animales que no deberían estar ahí, recordando que la responsabilidad sobre el bienestar de cualquier especie empieza siempre fuera del andén.
