La visita de Bad Bunny a la Ciudad de México, con motivo de sus ocho conciertos del DeBÍ TiRAR MáS FOToS World Tour en el Estadio GNP Seguros, no solo dejó una estela musical, sino también un llamado de atención institucional. Durante su estancia, el cantante puertorriqueño acudió a distintos espacios culturales, entre ellos el Museo Nacional de Antropología (MNA), donde su paso fue documentado en redes sociales y generó reacciones.
En historias de Instagram, Benito Antonio Martínez Ocasio apareció recorriendo salas dedicadas al legado arqueológico de Mesoamérica. En uno de los videos se observa al intérprete colocando brevemente la mano sobre una estela prehispánica, acción que detonó cuestionamientos en plataformas digitales. Ante la difusión de las imágenes, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) emitió un comunicado este 27 de diciembre para aclarar lo ocurrido.
La institución precisó que la visita se realizó el miércoles 17 de diciembre y que en todo momento hubo personal de custodia acompañando al artista. Al detectar el contacto con la pieza, el personal del museo recordó la prohibición de tocar bienes arqueológicos, indicación que fue atendida de inmediato. El INAH subrayó que el contacto físico con este tipo de piezas está estrictamente prohibido como parte de los protocolos de protección del patrimonio.
Más allá del episodio, Bad Bunny compartió diversos momentos de su estancia en la capital: avenidas emblemáticas, peregrinos en Paseo de la Reforma, músicos callejeros y otros recintos culturales como el Museo Frida Kahlo, además de una visita a la Arena México para presenciar lucha libre. Al finalizar su gira, el artista agradeció públicamente al público mexicano, destacando la cultura, la pasión y el afecto recibido.
El episodio en el MNA reabrió la conversación sobre la responsabilidad compartida en el cuidado del patrimonio histórico, incluso cuando se trata de figuras públicas. La visibilidad puede ser un puente hacia la cultura, pero también un recordatorio de que el respeto a la memoria colectiva no admite excepciones.
