Un avión de la Secretaría de Marina (Semar) de México que realizaba una misión humanitaria en coordinación con la Fundación Michou y Mau se estrelló cerca de Galveston, Texas, mientras efectuaba labores de traslado médico especializado. El accidente dejó un saldo preliminar de cinco personas fallecidas, entre ellas un menor de edad; dos tripulantes resultaron heridos y una persona más permanece desaparecida, de acuerdo con información oficial de la dependencia federal.
La Semar detalló que en la aeronave viajaban ocho tripulantes. Tras el siniestro, autoridades locales de Estados Unidos acudieron al sitio para realizar labores de búsqueda y rescate, en coordinación con personal de la Marina mexicana, con el objetivo de localizar a los sobrevivientes y esclarecer las circunstancias del accidente.
En el vuelo viajaba el paciente identificado con las iniciales F.E.R.C., un menor de dos años de edad, originario de Escárcega, Campeche, quien había sido atendido inicialmente en el Hospital General “Dr. Agustín O’Horán”, en Mérida, Yucatán, tras presentar quemaduras de consideración. Debido a la gravedad de su estado, la familia solicitó el apoyo de la Fundación Michou y Mau para su traslado a Galveston, Texas, donde recibiría atención médica especializada.
Autoridades estatales de Yucatán colaboraron en el operativo de traslado del menor y un familiar, quienes fueron llevados en ambulancia al Aeropuerto Internacional de Mérida para abordar la aeronave de la Semar.
Tras conocerse el accidente, el Gobierno de Yucatán lamentó profundamente la pérdida de vidas humanas. El gobernador Joaquín Díaz Mena expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas. Por su parte, la Fundación Michou y Mau también manifestó su pesar y solidaridad con las familias y con la Secretaría de Marina.
El hecho vuelve a poner en el centro del debate los riesgos que enfrentan quienes participan en misiones humanitarias, donde la urgencia por salvar vidas convive con escenarios de alto riesgo que exigen atención, reconocimiento y memoria.
