En la alcaldía Iztapalapa, gobernada por Aleida Alavez, la inseguridad continúa marcando la vida diaria de miles de familias. Aunque los indicadores generales muestran avances, los robos a casa habitación y los asaltos a transeúntes se mantienen como una sombra constante en la demarcación más poblada de la Ciudad de México. Entre enero y marzo se registraron 472 denuncias por robo a vivienda, la cifra más elevada de toda la ciudad según los reportes al 911, reflejando un problema que no ha cedido pese a los operativos de vigilancia.
En las calles, los asaltos siguen siendo una preocupación recurrente. La Secretaría de Seguridad Ciudadana ha detenido a presuntos responsables en distintas zonas, pero los reportes ciudadanos señalan que las agresiones con amenazas, principalmente en áreas con iluminación deficiente, continúan sembrando temor entre los habitantes. En colonias como Santa Martha Acatitla, San Lorenzo Tezonco y Lomas de Zaragoza, la incidencia de delitos mantiene a los vecinos en alerta permanente.
Las autoridades reconocen que factores como la urbanización desordenada, la alta densidad poblacional y la movilidad constante permiten que grupos delictivos operen con rapidez y se desplacen sin ser detectados. Aunque la SSC reportó una reducción del 13 % en la incidencia delictiva general gracias a estrategias de patrullaje e inteligencia, el aumento de robos a viviendas y atracos en la vía pública revela rezagos estructurales que persisten: alumbrado insuficiente, vigilancia irregular y falta de servicios que fortalezcan la cohesión comunitaria.
El reto para Iztapalapa va más allá de los números; implica devolver la sensación de seguridad a quienes viven con la preocupación de que, en cualquier momento, la violencia pueda tocar a su puerta.
