Tras la notificación de la Suprema Corte al SAT sobre el caso fiscal de Ricardo Salinas Pliego (RSP), la presidenta Claudia Sheinbaum anticipó que su gobierno explicará públicamente el procedimiento para el cobro de los adeudos. Señaló que es fundamental transparentar cada paso, dado que se trata de un asunto que lleva más de una década en litigio y que finalmente obtuvo una resolución definitiva.
Sheinbaum insistió en separar dos planos: por un lado, la decisión de la Corte, que —dijo— confirma el principio básico de que cualquier persona debe cumplir la ley; por otro, el intento de transformar un asunto tributario en una disputa político-electoral. “Aquí no se trata de interpretaciones ideológicas, sino de cumplir un fallo”, remarcó al recordar que el proceso tomó quince años.
En medio de este debate, la mandataria arremetió contra nuevas posturas del PAN, luego de que surgiera la especulación sobre una eventual candidatura del empresario. Para Sheinbaum, esta narrativa no es un accidente, sino un síntoma del rumbo que ha adoptado la derecha: un intento de reposicionarse desde ideas que —según afirmó— evocan los valores más autoritarios del porfiriato.
Advirtió que este discurso no es aislado y forma parte de una tendencia internacional que, mediante campañas digitales y estrategias mediáticas, busca regenerar proyectos de ultraderecha. Recordó episodios históricos en Sudamérica para subrayar el riesgo: “cuando la ultraderecha avanza, retrocede la democracia”.
El mensaje dejó clara su lectura política: más allá del caso fiscal, el país observa un choque entre modelos de nación y la disputa por quién define el sentido de la legalidad y del Estado de derecho
