La presidenta Claudia Sheinbaum resaltó la reciente declaración del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, quien descartó el envío de militares a México para enfrentar a los cárteles. Para la mandataria, este posicionamiento confirma el acuerdo bilateral firmado en septiembre, donde ambos países establecieron una colaboración en materia de seguridad basada en cooperación y coordinación, pero sin injerencia en territorio ajeno.
Sheinbaum recordó que desde el inicio del periodo de Donald Trump México dejó claro que la relación debía ser de pares, sin presencia de agencias o fuerzas extranjeras operando dentro del país. La declaración de Rubio —emitida tras una reunión del G7 en Canadá— refuerza esa línea. El funcionario estadounidense explicó que su gobierno solo podría ofrecer equipo, capacitación e inteligencia, y únicamente si México lo solicita. Cualquier despliegue militar, insistió, está fuera de la mesa.
Rubio también justificó que los cárteles fueran catalogados como organizaciones terroristas, argumentando que su capacidad de armamento y operación supera a la de diversas corporaciones de seguridad locales e incluso de algunos gobiernos. Sin embargo, su postura dejó claro que esta clasificación no implica una intervención directa.
Para el Gobierno mexicano, la reafirmación pública de estos límites consolida el marco de entendimiento vigente y manda un mensaje sobre la importancia de respetar la soberanía mientras ambos países mantienen trabajo conjunto contra el crimen organizado.
