El Villarreal consiguió su primer título de su historia y lo hizo de la manera más sufrida que podía. Defendiéndose como nunca en los 90 minutos de partido, siendo superior en la prórroga, pero no le valió y en la tanda de penaltis tuvo que esperar 11 lanzamientos, en los que el Villarreal marcaron todos los jugadores sobre el terreno de juego, para ser campeón.
El Villarreal se adelantó cuando peor lo pasaba, en una falta a Parejo que fue a la postre el 1-0. El centrocampista la puso en el área y Gerard Moreno aparecía para darle el mejor premio posible a su rival en el minuto 29’. Un gol que era oro.
Aun así, el tanto no cambió mucho la tónica del encuentro, que siguió con un Manchester dominador, robando balones y creando constante peligro a Rulli, aunque fue Albiol en un centro lateral el que estuvo más cerca de batir a su compañero. El Villarreal supo aguantar, pero se fue al descanso con mucho que analizar.
El segundo periodo comenzó con los dos equipos metidos en el partido, en un derroche de intensidad y pundonor. Lo intentaba el Villarreal, pero el United seguía a lo suyo. Lo intentaba con todo el conjunto inglés y fruto de su insistencia llegó el empate. Se cumplía el 55’, y tras un saque de esquina, la suerte no acompañó al Villarreal. Disparo lejano, un par de rebotes y balón franco para que Cavani hiciera el empate.
Los penaltis dictarían sentencia. Comenzó lanzando Gerard Moreno, gol. Mata, que había salido para la tanda de penaltis, también marcó, al igual que Raba y Alex Telles en las mismas condiciones. El 3-3 lo pusieron Alcácer y Bruno con los porteros tocando el balón. Moreno hizo el cuarto ajustando al palo izquierdo. También marcaron Rashford, Parejo y Cavani para llevar la tanda al primero que fallara. Moi marcó, y Fred. Albiol puso el broche de oro a su partidazo marcando, igual que James. Coquelin, Shaw, Mario, Shaw y Pau lo hicieron.
Diez penaltis del Villarreal seguidos con gol, igual que el United con el disparo de Lindelöf. Le tocó a los porteros, y apareció Rulli. Metió el suyo y se lo detuvo a De Gea. El fútbol por fin recompensaba a un Villarreal que llevaba años mereciéndolo.
