Variantes más peligrosas del COVID-19

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Los virus cambian constantemente, a través de mutaciones. Hoy en día, muchas variantes del virus SARS-CoV-2 que causa la enfermedad por coronavirus 2019, COVID-19, generan preocupación porque contienen cambios en la estructura parecida a púas que tiene la proteína S, es decir, la que el virus usa para unirse a las células e infectarlas.

A finales de mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) cambió el sistema para identificarlas, con el fin de no estigmatizar con el nombre geográfico. Así, cada variante recibió por nombre una letra del alfabeto griego.

Maria Van Kerkhove, responsable de coronavirus de la OMS, afirmó que “ningún país debe ser estigmatizado por detectar y notificar variantes”. Dijo que las nuevas etiquetas de las variantes son “sencillas, fáciles de decir y recordar y se basan en el alfabeto griego, un sistema que se eligió tras una amplia consulta y una revisión de varios sistemas posibles”.

Así, la variante notificada por primera vez en Kent, Inglaterra, pasó a llamarse Alfa. En tanto, la variante originaria de Sudáfrica ahora se denomina Beta. La brasileña -conocida como de Manaos– es Gamma y la variante notificada por primera vez en la India es Delta.

Delta, la más peligrosa:

En pocas palabras, la variante B.1.617 (Delta, según la clasificación de la OMS) es una transformación del virus SARS-CoV-2, que causa la enfermedad COVID-19. Se detectó por primera vez en la India, en diciembre de 2020. No obstante, se informó de esta variante recién el 24 de marzo, luego de que el Ministerio de Salud de la India dijera que las mutaciones L452R y E484Q no habían sido detectadas antes de diciembre en análisis de muestras.

Días atrás, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reclasificó los tres subtipos conocidos de la variante detectada en India hace ocho meses. Uno solo de esa familia, el B.1.167.2, continúa en la lista de variantes de preocupación internacional por su mayor transmisibilidad y las primeras señales de la necesidad de completar los esquemas de vacunación.

Alfa, podría generar un nuevo alerta mundial:

Esta variante de coronavirus de rápida propagación embota la primera línea de defensa del cuerpo, lo que podría explicar por qué es más transmisible que las variantes que circulaban anteriormente, según un estudio de la infección de células por SARS-CoV-2.

Desde que se detectó por primera vez en el Reino Unido a fines del año pasado, la variante B.1.1.7, también llamada Alfa, ha dado la vuelta al mundo para convertirse en la forma dominante de SARS-CoV-2. Algunos estudios muestran que la capacidad de Alfa para superar las variantes que circulaban anteriormente podría provenir de mutaciones en su proteína de punta que le permiten ingresar a las células de manera más eficiente.

Gamma, elevada carga viral:

El estado de Amazonas, en el norte de Brasil, es una de las regiones más afectadas por la epidemia de COVID-19 y experimentó dos oleadas de crecimiento exponencial a principios y finales de 2020. Mediante un estudio de epidemiología genómica basado en 250 genomas de SARS-CoV-2 de diferentes municipios de la región muestreados entre marzo de 2020 y enero de 2021 un equipo de trabajo de la Fundación Oswaldo Cruz de Manaos determinó que la primera fase de crecimiento exponencial fue impulsada principalmente por la difusión de la variante B.1.195 que fue reemplazada gradualmente por la B.1.1.28, cuando todavía no se vinculaba a las variantes o linajes con la ciudad de origen sino con el nombre científico del laboratorio.

Beta, reduce la eficacia de las vacunas:

La variante B.1.351 o variante sudafricana es una de las que más riesgo supone en estos momentos debido a su capacidad para evadir la inmunidad de ciertas vacunas. Se cree que genera una reducción de hasta 12 veces en la eficacia de la vacuna desarrollada por Moderna. En un estudio de Science Mag, se hace referencia a los resultados de un estudio in vitro que demostró cómo varios anticuerpos monoclonales no eran capaces de neutralizar esta variante. Los resultados también reflejaron una disminución en la capacidad de neutralización de sueros de pacientes convalecientes de hasta 9 veces. En el caso de los pacientes vacunados con el suero de la farmacéutica, la respuesta inmune contra el virus fue entre 10 y 12 veces menor. Los niveles de anticuerpos mejoraron, eso sí, al aplicar una dosis de refuerzo de esta misma vacuna modificada. Los primeros resultados de los ensayos en fase II con una dosis de refuerzo de la vacuna diseñada específicamente contra esta variante consiguieron niveles altos de anticuerpos neutralizantes tanto frente la variante B.1.351 como a la brasileña (P.1).

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