México está ubicado dentro de los países más felices del mundo. Según una encuesta internacional, ocupa el lugar número 4. No obstante, existe un problema que aqueja a nuestra sociedad y que ha ido en aumento en los últimos años: el suicidio infantil.
Nuestro país se encuentra en el puesto 52 a nivel mundial dentro de esta problemática, pues los índices alcanzan un 14.6% en niños de entre 7 y 14 años. Entre 2000 y 2013, la tasa de suicidio se ha incrementado 62.5%, al pasar de 105 a 168 casos anuales. De acuerdo a un estudio realizado por el INEGI, es la décima causa de muerte entre esta población. Los datos son escalofriantes.
El suicidio infantil presenta numerosas causas. Alejandro Águila, psicoanalista y suicidológo, explicó el aislamiento social es un factor de riesgo dentro de esta problemática debido a que en muchos de los casos, los niños y jóvenes de hoy no tienen reguladas sus actividades, como horarios de comida, de sueño, de actividades familiares o grupales, lo que les impide tener visión de unidad que los haga sentirse integrados a una familia o a una sociedad. Si a esto se le agregan factores como la frustración, la impulsividad, la violencia, el abuso, los pensamientos rígidos, falta de afecto, el déficit de atención; todo dentro de un entorno familiar disfuncional, pueden crear un contexto de depresión que en su momento, podría llevar al suicidio.
Esta problemática se puede prevenir si se detecta a tiempo. Es por ello que se debe prestar atención al comportamiento y a las actividades que realiza el niño o adolescente, con el fin de identificar si existen desordenes psicológicos, como ansiedad o depresión. Por otra parte, hay que tener en cuenta siempre lo que dicen, pues el 80% de los menores que intentan o logran suicidarse, lo anuncian verbalmente o por escrito días o meses antes.
Por ello, nos dimos a la tarea de presentarte las actitudes que nos indican un posible suicidio infantil:
– Aislamiento
– Llanto excesivo
– Pensamientos negativos
– Trastorno del sueño, ya sea dormir mucho o muy poco
– Pérdida del apetito y/o peso
– Dificultad para concentrarse
– Agresividad fisica o psicológica
– Ausentismo y problemas escolares
– Falta de preocupación por la higiene
– Interés por la muerte o por correr riesgos innecesarios
– Interés o uso de alcohol o drogas
– Anhedonia, que es la incapacidad de sentir placer
– Pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades.
En caso de detectar alguno de estos indicadores, es importante brindar apoyo inmediato a través de todo su entorno social, padres, hermanos, familiares, maestros, amigos, etc., así como buscar ayuda profesional para un mejor asesoramiento y para su eventual tratamiento psicológico, prescripción medica o de ser necesario, internamiento hospitalario.
