Si la reforma eléctrica modifica las reglas de los tratados internacionales, las controversias de las empresas afectadas podrían salir muy caras para el país, como fue el caso de la renegociación de los ductos por parte de la CFE con una firma canadiense, advierte el exsecretario de Economía y negociador del TLCAN Y T-MEC, Ildefonso Guajardo.
También señaló que a consecuencia del nuevo tratado comercial para Norteamérica, “la posibilidad de poder amarrar las inversiones externas en México va a depender de que seamos competitivos en frentes prioritarios y uno de ellos es el frente de la electricidad”.
Consideró que sí existen riesgos para el gobierno mexicano de que se presenten situaciones de inconformidad de inversionistas extranjeros y de reclamos por violaciones a condiciones originales, mismas que tendrían que desahogarse en los mecanismos de solución de controversias establecidos en dichos acuerdos comerciales.
“Si nos queremos evitar sentarnos a mesas de negociación, en las que a veces sale más caro el caldo que las albóndigas, como en la renegociación de la empresa canadiense que nos costó a los mexicanos aumentarles la concesión en el tiempo, con tal de acomodar las condiciones que queríamos en el corto plazo. Y si hacemos una evaluación final del costo-beneficio, no estoy tan seguro de que nos haya ayudado ese acuerdo”, ejemplificó el economista mexicano durante su participación en el Parlamento Abierto convocado por la Cámara de Diputados.
Ildefonso Guajardo invitó a los legisladores a evitar la polarización del debate y la estigmatización de los actores involucrados. Enfatizó que los monopolios, sean públicos o privados, tienden a generar distorsiones del mercado si no se cuenta con organismos reguladores autónomos como la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).
